Desde el cierre fiscal hasta la entrega del recibo, todo sucede en un mismo sistema

1. Carga el monto global de utilidades reportado por tu equipo contable o financiero.
2. Worky identifica automáticamente a los colaboradores elegibles, excluyendo directivos, nuevos ingresos o personal eventual que no cumpla los requisitos.
3. El sistema cruza la información de días trabajados en el año y salarios devengados, para distribuir el monto total según lo establece la ley.
4. Se aplican límites proporcionales conforme a los topes vigentes, incluidos los relacionados con 90 días de salario como máximo.
5. Los recibos digitales se generan automáticamente, listos para entrega, firma o consulta desde el portal del colaborador.
6. Todo queda documentado y trazado, con reportes descargables para RH y finanzas.

Esta automatización evita cálculos hechos por fuera, errores de interpretación y reprocesos. Así, tu empresa puede cumplir con el reparto de utilidades en México de forma legal, rápida y transparente.

Cuando se gestiona el reparto de utilidades de forma manual, el equipo de RH debe combinar múltiples fuentes de información: reportes del SAT, nóminas anuales, días laborados por cada colaborador, topes legales, y reglas específicas de exclusión. El riesgo de errores no solo es alto, también se incrementa la tensión interna al explicar montos que parecen inconsistentes.

Con Worky, esta carga desaparece.

El sistema cruza automáticamente los datos históricos de cada colaborador, filtra los casos que no aplican y genera una distribución clara y justificada. Cada empleado ve cuánto le toca y por qué, evitando malentendidos, reclamos o reprocesos innecesarios.

Además, la plataforma considera los límites establecidos por ley, como el tope de 90 días de salario, y aplica las condiciones actualizadas para 2025. Los resultados son claros: menos horas invertidas, menos errores y cero conflictos por mala comunicación.

En vez de dedicar días a validar cálculos, tu equipo puede concentrarse en comunicar correctamente el proceso, responder dudas y reforzar la confianza en la gestión de RH. Porque automatizar no es solo ahorrar tiempo, es profesionalizar cómo se reparten las utilidades en tu organización.

El cálculo de la Participación de los Trabajadores en las Utilidades (PTU) se realiza con base en el monto total de utilidades netas que la empresa declaró ante el SAT en su ejercicio fiscal anterior. La Ley Federal del Trabajo establece que las empresas deben repartir el 10% de ese monto entre sus trabajadores, considerando criterios proporcionales de días trabajados y salario percibido.

El proceso se divide en dos etapas. Primero, se determina la parte proporcional con base en los días laborados por cada trabajador en el año calendario. Esto garantiza que quienes trabajaron más tiempo reciban una mayor proporción del reparto. En segundo lugar, se hace otro prorrateo, ahora considerando los salarios percibidos, de modo que quienes ganaron más durante el año, también reciban una parte proporcionalmente mayor.

Es importante aplicar las reglas de exclusión: no participan directores, administradores ni socios; tampoco empleados eventuales con menos de 60 días trabajados. Además, hay topes individuales: ningún trabajador puede recibir más de lo equivalente a 90 días de su salario.

Con Worky, este proceso se automatiza completamente. Una vez que cargas el monto a repartir, la plataforma identifica automáticamente quiénes participan, cuánto tiempo trabajaron, cuánto ganaron y cómo deben distribuirse las utilidades. Los cálculos consideran topes legales, reglas vigentes y excepciones. Todo queda documentado, listo para revisión, firma y entrega digital al colaborador.

El cálculo del PTU 2025 en México sigue las bases establecidas por la Ley Federal del Trabajo, pero debe considerar ajustes recientes en materia fiscal, topes individuales y criterios de proporcionalidad. Para este año, las reglas siguen indicando que el 10% de las utilidades netas reportadas por la empresa ante el SAT debe repartirse entre los trabajadores.

Primero, se identifica el monto global de utilidades sujetas a reparto. Luego, se aplica una distribución proporcional que toma en cuenta dos factores:

1. Días laborados durante el ejercicio fiscal 2024: cada trabajador recibe una parte del 50% del monto total en función del tiempo trabajado.
2. Salarios percibidos en ese mismo periodo: el otro 50% del monto se distribuye proporcionalmente al ingreso de cada trabajador.

Para 2025, sigue vigente el límite máximo individual de hasta 90 días de salario por colaborador. Si algún cálculo supera ese tope, se ajusta automáticamente. Además, los colaboradores que hayan laborado menos de 60 días en el año no son elegibles para el reparto, así como socios, directivos y administradores.

Automatizar este proceso con Worky permite que todo esto se aplique sin necesidad de fórmulas manuales ni cálculos externos. La plataforma cruza los datos de nómina, aplica los filtros según la normativa 2025 y genera los recibos individuales con trazabilidad completa. Así, cumples con la ley y mantienes la operación limpia, rápida y transparente.

El cálculo de la PTU para personas físicas con actividad empresarial o régimen similar varía ligeramente respecto al de personas morales, pero sigue la misma lógica base: repartir el 10% de las utilidades netas entre los trabajadores. La diferencia principal está en cómo se determina ese monto y en ciertos criterios fiscales aplicables al contribuyente.

Una persona física que emplea trabajadores y obtiene ingresos por actividad empresarial está obligada a calcular su utilidad neta al final del ejercicio fiscal (31 de diciembre), considerando ingresos menos deducciones autorizadas por el SAT. Una vez definida la utilidad, se toma el 10% de ese total como monto a repartir en concepto de PTU.

Al igual que en el régimen de personas morales, ese monto se distribuye bajo dos criterios:

• Días trabajados por cada empleado durante el año, distribuyendo el 50% de la utilidad.
• Salario percibido por cada trabajador, con base en el otro 50%.

Se excluyen del reparto los empleados eventuales con menos de 60 días trabajados, así como familiares del patrón que trabajen con él y vivan en su casa, si no existe relación laboral reconocida.

El proceso puede complicarse si se gestiona de forma manual, ya que implica validar elegibilidad, calcular proporciones exactas y aplicar topes individuales. Con Worky, estos pasos se automatizan incluso si el patrón es persona física, siempre que tenga una nómina registrada. El sistema distribuye la utilidad correctamente y genera los recibos conforme a la ley.

La reforma laboral de 2021 introdujo un cambio importante en el reparto de utilidades en México: el establecimiento de un tope individual al cálculo de la PTU. Desde entonces, ningún colaborador puede recibir más del equivalente a 90 días de su salario o el promedio de lo recibido por concepto de PTU en los últimos tres años, lo que resulte más favorable para él.

Este límite busca evitar distorsiones en empresas con estructuras salariales muy altas en ciertos niveles, pero sin afectar el derecho de los trabajadores a recibir su parte proporcional de las utilidades. El tope se aplica por persona, no sobre el total repartido. Es decir, el monto global del 10% sigue siendo obligatorio, pero debe distribuirse respetando ese límite por colaborador.

Por ejemplo, si un trabajador tiene derecho a recibir $150,000 de PTU, pero sus 90 días de salario equivalen a $120,000, entonces ese será el máximo que podrá recibir, salvo que el promedio de los últimos tres años sea mayor. El remanente se redistribuye entre los demás colaboradores elegibles.

Implementar este tope correctamente requiere acceso al historial de PTU y al cálculo de salario diario integrado. Con Worky, este ajuste se realiza automáticamente. El sistema identifica cuál tope es aplicable, lo aplica correctamente y redistribuye los montos sobrantes sin errores ni fricción. Así, aseguras cumplimiento legal sin comprometer la transparencia ni la confianza del equipo.

En México, las fechas clave para el reparto de utilidades (PTU) están definidas por la Ley Federal del Trabajo y son distintas para personas morales y personas físicas. Estas fechas no solo marcan plazos legales, también determinan los periodos de cálculo, elegibilidad de trabajadores y cumplimiento fiscal.

Para personas morales (empresas constituidas legalmente), el reparto debe realizarse a más tardar el 30 de mayo del año siguiente al ejercicio fiscal evaluado. Es decir, las utilidades generadas en 2024 deben ser repartidas antes del 30 de mayo de 2025.

Para personas físicas con actividad empresarial, el plazo se extiende hasta el 29 de junio. Esto aplica a patrones registrados como personas físicas que cuenten con trabajadores contratados formalmente.

En cuanto a los periodos de cálculo, se toman en cuenta los días efectivamente trabajados entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año fiscal anterior. Además, se consideran los salarios devengados durante ese mismo periodo, sin importar si el trabajador ya no está en la empresa al momento del reparto (siempre que haya sido elegible).

También es importante destacar que los empleados que hayan laborado al menos 60 días durante ese año, incluso si ya no están activos, tienen derecho a recibir PTU. Por eso, es clave tener un historial laboral bien registrado y actualizado.

Con Worky, todas estas fechas se integran automáticamente al proceso. El sistema te avisa con anticipación, calcula los montos exactos y genera los recibos para cumplir en tiempo y forma.